Proyecto de ley 96 de Quebec: ¿Cómo las empresas pueden cumplir con él y prosperar?

Explicación del proyecto de ley 96: un punto de inflexión para los derechos lingüísticos en Quebec

Cuando Quebec adoptó el proyecto de ley 96 en junio de 2022, envió un claro mensaje a las empresas: el idioma francés no es solo un símbolo cultural. Es la base de la vida civil y económica de la provincia. Esta ambiciosa enmienda de la Carta del idioma francés (más conocida como proyecto de ley 101) ajustó las reglas de uso del idioma en el comercio, el empleo, el gobierno, y el mundo digital.

Los líderes de Quebec sostenían que, sin protección más sólida, la globalización, la inmigración, y el dominio del inglés en las plataformas digitales erosionaría la presencia cotidiana del francés. Por lo tanto, el proyecto de ley 96 no es solo legislación: es un proyecto cultural y político diseñado para preservar la identidad francófona de Quebec durante generaciones.

Las disposiciones finales de la ley entraron en vigor el 1.º de junio de 2025, lo cual significa que las empresas ya no pueden posponer su cumplimiento sin enfrentar multas importantes.

¿Quién debe cumplir con el proyecto de ley 96?

El alcance del proyecto de ley 96 supera por mucho a las empresas con sede en Quebec. Todas las empresas que presten servicio a clientes en la provincia, empleen trabajadores en Quebec o administren plataformas digitales a las cuales pueda accederse desde Quebec deben cumplir con él. Se espera que una empresa extranjera con venta directa al mercado de Quebec, bien sea por comercio electrónico o de servicios digitales, cumpla con las mismas obligaciones con las que cumple un negocio minorista de Montreal.

En otras palabras, si una empresa interactúa con el mercado de Quebec en una medida considerable, queda sometida a la ley. Eso tiene importantes implicaciones para empresas internacionales que pueden no tener presencia física en Canadá, pero aun así atraen clientes de Quebec por Internet.

Los principales requisitos para las empresas

El principio central del proyecto de ley 96 no es solo la presencia del francés, sino su primacía. Las empresas deben asegurarse de que las versiones en francés de documentos, letreros, paquetes, y contenido digital sean al menos iguales que las de otros idiomas y, con frecuencia, más prominentes que ellas.

En la práctica, eso significa que los contratos, las garantías, las facturas, y los recibos deben estar disponibles ante todo en francés. A los clientes no puede tan solo entregárseles una versión en inglés; debe presentárseles un documento en francés antes de ofrecérseles alguna alternativa. En el entorno laboral, los empleadores deben asegurarse de que las publicaciones de puestos vacantes, los contratos de empleo, los materiales de capacitación, y las normas internas se encuentren disponibles en francés, lo cual permite al personal acceder a sus derechos en su propio idioma.

La ley también cambia la forma en la cual las empresas se presentan en público. Los paquetes y las etiquetas deben darle al francés un claro predominio visual, lo cual con frecuencia exige que se modifiquen antiguas estrategias de gestión de la marca. Las empresas pueden conservar las marcas comerciales registradas en inglés, pero deben estar acompañadas de una descripción en francés. En plataformas digitales, las empresas deben ofrecer contenido por completo equivalente en francés. Las traducciones automáticas sin procesar (texto generado por medios automáticos sin validación de un ser humano) no bastan, porque carecen de precisión jurídica, matices culturales, y la calidad que se espera conforme a las normas de Quebec.

Comités de francización: una nueva capa de responsabilidad

Uno de los cambios más importantes del proyecto de ley 96 es la mayor exigencia de comités de francización. Antes, solo las empresas más grandes tenían esa obligación, pero ahora el nivel de exigencia se ha ampliado. Toda empresa que tenga 25 empleados o más en Quebec debe registrarse en la Office québécois de la langue française (OQLF) y crear un comité responsable de controlar y promover el uso del francés.

Dichos comités tienen la tarea de auditar los procesos internos de la empresa, proponer mejoras, y presentar un plan de francización ante la OQLF. Su función no es simbólica. Se espera que garanticen que el francés se convierta en el idioma laboral de la empresa en todos sus aspectos, desde reuniones de administración hasta comunicaciones cotidianas. Para las multinacionales extranjeras, esta obligación rige específicamente para sus actividades en Quebec. Una empresa tecnológica internacional con miles de empleados en todo el mundo, pero una oficina más pequeña con treinta empleados en Montreal debe establecer de todos modos un comité para esa sucursal local.

Multas y aplicación práctica

El proyecto de ley 96 cuenta con el respaldo de rigurosas medidas de aplicación. Las multas oscilan entre los CAD $3.000 y los CAD $30.000 para primeras infracciones y aumentan cuando las violaciones se repiten o son prolongadas. En casos más graves, la OQLF puede revocar el certificado de francización de la empresa o solicitar una orden judicial a un tribunal.

Los antecedentes de aplicación de la ley en Quebec muestran que esas medidas son más que teóricas. A grandes empresas minoristas, como Best Buy, Walmart, y Costco, se las ha demandado por la marca comercial en inglés de sus letreros. Canadian Tire y Second Cup Coffee Company han tenido que modificar sus marcas para cumplir con los requisitos descriptivos en francés. Incluso Air Canada, a pesar de su perfil nacional, ha tenido que pagar multas en repetidas ocasiones por no prestar servicios en francés.

Las empresas más pequeñas no son inmunes. A un pub de Montreal se le exigió una vez que modifique su letrero en inglés, lo cual generó debate público. A la tienda de música Long & McQuade se la obligó a agregar descripciones en francés en sus paquetes.

La información de la OQLF muestra una tendencia creciente: en 2022-2023, se presentaron casi 6.900 quejas, de las cuales la mitad se relacionaba con los paquetes, un cuarto, con letreros, y más de una décima parte, con sitios web.

Debates y opiniones divergentes sobre el proyecto de ley 96

Además de haber modificado el ámbito comercial de Quebec, el proyecto de ley 96 ha generado un debate considerable. Los defensores sostienen que la ley es fundamental para preservar la identidad francófona de la provincia y garantizar que el francés siga siendo el idioma dominante en el comercio y la vida cotidiana. Lo consideran una protección cultural necesaria que refuerza la inclusión de consumidores y trabajadores francófonos (La Presse).

Los críticos, sin embargo, plantean sus inquietudes sobre el costo económico del cumplimiento. Para modificar contratos, sitios web, paquetes, y letreros se necesita una inversión importante, en particular de las multinacionales con amplias líneas de productos o complejas infraestructuras digitales. Algunos analistas cuestionan si las ganancias justifican el costo y advierten que el exceso de regulación podría disuadir a las empresas de ampliar su presencia en Quebec.

De hecho, la aplicación de la ley ya ha tenido una onda expansiva. A las empresas más grandes se les viene exigiendo cumplir con la ley desde 2022 y, según informes de The Logic, algunos grandes minoristas han interrumpido por lo bajo todos sus envíos a la provincia y han mencionado como factor los costos que conlleva cumplir con la ley. Para las empresas más pequeñas con recursos limitados, el desafío puede ser incluso más desalentador.

Más allá del cumplimiento de la ley: por qué el proyecto de ley 96 puede ser una ventaja comercial

Estos debates reflejan problemas reales, pero también corren el riesgo de eclipsar las potenciales ventajas del proyecto de ley 96. Si bien cumplir con la ley conlleva sin lugar a duda costos, las empresas que la abordan de manera estratégica van descubriendo cada vez más que puede ser más una ventaja que una desventaja.

Cuando se ajustan a la ley, las empresas muestran respeto por la cultura de Quebec y desarrollan un sólido vínculo de confianza con los consumidores. Los clientes francófonos son más leales a las marcas que reconocen y respetan sus derechos lingüísticos.

Las ventajas alcanzan también a las empresas puertas adentro. Cuando las normas, el material de capacitación y los contratos se redactan en su idioma, es más probable que los empleados francófonos se sientan valorados e incluidos. Para las empresas que compiten en el mercado laboral de Quebec, eso puede traducirse en mayor retención y participación.

En una escala más amplia, el cumplimiento de la ley muestra credibilidad en una de las economías más grandes y dinámicas de Canadá. Quebec representa alrededor del 20 % del PBI nacional, lo cual la convierte en un actor importante del mercado canadiense. En lugar de considerar el proyecto de ley 96 un costo para hacer negocios, las empresas que la adoptan como parte de su estrategia pueden reforzar su reputación y su porción de mercado.

Mapa de ruta para empresas que deben cumplir con el proyecto de ley 96

Para cumplir como corresponde con el proyecto de ley, las empresas deben seguir una metodología estructurada.

Paso 1: Haga un registro de todos los materiales de comunicación

Comience con una auditoría integral de todo el material de comunicación interna y externa: plantillas de contratos y de ventas, sitios web, materiales de marketing, paquetes y etiquetas, carteles de tienda, normas de RR.HH., contenido de capacitación, y guiones de asistencia al cliente. Registre responsables, formatos y ciclos de renovación para saber con precisión qué debe cambiarse y quién debe hacerlo.

Paso 2: Priorice el material de alto riesgo dirigido a los clientes

Primero encárguese de lo que vea el público. Priorice plataformas de Internet, flujos de comercio electrónico, documentos de puntos de venta y contratos estándar (de adhesión). Verificar que el francés sea el idioma principal y por completo equivalente a otros idiomas en esas áreas reduce su exposición mientras trabaja en el resto.

Paso 3: Establezca un cronograma realista en torno a hitos de cumplimiento de la ley

Trabaje en secuencia en función de plazos jurídicos y calendarios de publicación internos para evitar problemas de último minuto. Agrupe cambios relacionados (p. ej., plantillas de contratos y flujos de incorporación de personal) y fije períodos de revisión con el departamento jurídico, el de marketing y el de producto para mantener el impulso.

Paso 4: Trabaje con expertos en traducción y jurídicos

La traducción automática puede ayudarle, pero no siempre puede transmitir los matices jurídicos o cumplir con las expectativas culturales. Recurra a lingüistas profesionales y asesores que conozcan bien Quebec para asegurarse de que la terminología, el tono y la aplicación cumplan con las normas del proyecto de ley 96 —y que el francés no solo esté presente, sino que sea verdaderamente el idioma principal—.

Paso 5: Establezca un comité de francización, si es necesario

Si tiene 25 empleados o más en Quebec, regístrese en la OQLF y establezca un comité que audite procesos, proponga mejoras y presente un plan de francización. Trátelo como un órgano de gobernanza permanente que contribuya a que el francés se convierta en el idioma de referencia del trabajo diario, no solo como un casillero que debe marcar.

Paso 6: Rediseñe la marca, los paquetes y los letreros para priorizar el francés

Revise las marcas comerciales, las descripciones, las jerarquías de etiquetas, y el diseño gráfico para verificar que el francés sea con claridad predominante. Por ejemplo, en los letreros de tienda, el tamaño del texto en francés debe ser al menos del doble del tamaño del texto en otro idioma. Eso exigirá minuciosa dirección de arte: es posible que deba modificar la tipografía, la ubicación, y la jerarquía de la información, lo cual podría producir cambios importantes en recursos ya establecidos de la marca.

Paso 7: Capacite a sus equipos y ponga en práctica las nuevas normas

Incorpore a los gerentes de los departamentos de RR. HH., jurídico, de marketing, de producto y comerciales al proceso con orientación concisa, guías de estilo y flujos de trabajo de aprobación. Haga que les resulte sencillo hacer lo correcto: las plantillas, los glosarios, y las listas de verificación previenen volver a viejas costumbres y aceleran cambios futuros.

Paso 8: Controle, vuelva a hacer auditorías, y repita el proceso

Establezca un cronograma para revisar sitios web, documentos, y paquetes y hacer un seguimiento de problemas mediante un registro central. Las normas y las interpretaciones evolucionan: las auditorías periódicas, las inspecciones sorpresa y los comentarios de las partes interesadas harán que siga cumpliendo con la ley a lo largo del tiempo y que surjan oportunidades para mejorar temprano.

ITC Global: un colaborador para cumplir con la ley y crecer

Entender el proyecto de ley 96 es algo complejo. Las empresas se enfrentan a un laberinto de requisitos que abarcan desde contratos y carteles hasta sitios web y normas de RR. HH., … y los errores pueden costar caro. ITC Global hace un seguimiento minucioso de los cambios normativos de Quebec y adapta sus servicios para que sus clientes sigan cumpliendo con las leyes y sintiéndose seguros.

Su equipo de lingüistas, consultores, y tecnólogos ayuda a las organizaciones en cada paso:

  • Traducción humana y con inteligencia artificial de documentos jurídicos y comerciales
  • Localización de sitios web y contenido digital para garantizar el cumplimiento de las leyes en Internet
  • Servicios audiovisuales multilingües, incluidos subtitulado y doblaje
  • Consultoría intercultural para ayudar a las empresas a comunicarse con matices culturales
  • Servicios de comunicación accesible, como formatos de lectura fácil y subtítulos descriptivos

No solo ayudamos a las empresas a evitar multas: les ayudamos a insertar el francés en sus actividades de una manera que desarrolle confianza, amplíe la participación del personal, y refuerce su marca en Quebec. Con ITC Global como colaborador, cumplir con el proyecto de ley 96 pasa a ser no solo un requisito jurídico, sino una ventaja estratégica.

Conclusión: prosperidad con el proyecto de ley 96

El proyecto de ley 96 está cambiando la forma en la que las empresas desarrollan sus actividades en Quebec. Sus requisitos son detallados y exigentes, pero también le abren la puerta a vínculos más profundos con los clientes y el personal. Las empresas que actúen enseguida, inviertan en traducción de calidad, e integren el francés de una manera relevante en sus actividades no solo evitarán multas, sino que también conseguirán una ventaja competitiva duradera.

Con la mentalidad adecuada —y colaboradores expertos como ITC Global—, el cumplimiento del proyecto de ley 96 puede ser más que una necesidad. Puede ser un camino al crecimiento, la credibilidad, y la prosperidad a largo plazo en el mercado único de Quebec.

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